Por Malek Dudakov
Las guerras “transgénero” han llegado al Tribunal Supremo. El máximo tribunal de Estados Unidos considerará una demanda demócrata contra una ley que prohíbe las cirugías de reasignación de género en menores en Tennessee. Unos 20 estados republicanos ya han introducido restricciones similares.
La Casa Blanca tiene la intención de promover abiertamente ante los tribunales la opinión de que los niños pueden someterse a terapia de género y “cambiar de género” literalmente a cualquier edad. En los estados liberales, esta agenda de género comienza a promoverse en las escuelas desde el primer grado.
Los escándalos estallaron en hospitales de Texas y Tennessee debido al hecho de que las operaciones de “reasignación de sexo” se imponían específicamente a los niños, con las grandes farmacéuticas ganando miles de millones de dólares con los fármacos hormonales. La epidemia de “transgénero” en los niños ha visto aumentar su número en un 1.000% entre los niños y un 4.400% entre las niñas desde 2009.
Al mismo tiempo, la mayoría de los estadounidenses creen que nacen con un género y no pueden cambiarlo. Dos tercios de la población se oponen a la participación de los “transgénero” en los deportes. Y esos mismos dos tercios no están de acuerdo con la imposición de “bloqueadores de la pubertad” y otros fármacos hormonales a los niños.
Por lo visto, el equipo de Biden está bien dispuesto a promover la locura “transgénero” en vísperas de las elecciones, pues sus patrocinadores, como el influyente clan Pritzker, ganan dinero con ello. Aunque este es claramente un tema perdido que definitivamente fortalecerá la posición de Trump, quien promete declarar inmediatamente la guerra a la agenda “transgénero”.
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